La Parada de la Vida Primera Parte

El mundo es como una enciclopedia gigantesca, todos los días se aprende algo nuevo, solo debes abrir bien los ojos y darte cuenta de esa enorme verdad, como en mi caso, aprendí de una línea de bus que era difícil de conseguir 'la interlinea', un bus que pasaba cada cierto tiempo y que podía ahorrarme tiempo y dinero, ya que para llegar a mi trabajo debía montarme en al menos tres buses, con el interlinea solo debía coger dos y evitaba esperar por el tercero.
1) Esfuerzo Extra

Lo primero que aprendí fue que a pesar de que había conseguido un buen trabajo, debía esforzarme más que mucha gente para llegar, cuando fortaleces tu pensamiento reflexivo, entenderás que a los que aman a Dios todas las cosas nos ayudan a bien, cómo lo dicen las escrituras, por ello asumí el reto, las bendiciones de Dios nunca vienen libres de compromisos y de un esfuerzo adicional.

2) No estás solo

Lo segundo que aprendí es que a medida que iba tomando el autobús, todos los días iba conociendo de lejos a las personas que también iban a mi destino, por lo que se conformo un pequeño mundo, estaba el obrero, el muchacho, la pequeña ansiosa, el de pelo largo, el venezolano que tiene el carro dañado, la de DHL y las del Call Center, no conocía a ninguno a excepción del muchacho que una vez me salvó con prestarme para el pasaje (se me había quedado la cartera, larga historia).

En fin, me di cuenta que de mi dependía hacer diferente ese pequeño mundo, por lo que saludaba con bastante entusiasmo a quien veía, aunque debo decirlo los seres humanos solemos ser raros a veces, cada uno de nosotros nos unía un destino y un bus, pero solo nos mirábamos para comprobar si había pasado o no el interlinea.

A veces somos tan cínicos que pueden pasar años viendo a las mismas personas y nunca le decimos nada bonito, agradable, hasta que un día no la vemos más (se fue del país o se compró una moto jeje) y allí aunque no queramos empezamos a extrañar ese asiento vacío.

3) Paciencia

Una de las cosas que más aprendí, sino lo más importante, fue a tener una paciencia de hierro, ya que en varias ocasiones, por miedo a llegar tarde al trabajo, tomaba otros buses al no ver al interlinea en el horizonte, cuando me bajaba a tomar el siguiente, resultaba que venía detrás, deslumbrante con su cartel amarillo, como riéndose de mi impaciencia.

Por eso aprendí, que tarde o temprano llegará, pero va a llegar ¿te suena conocido? Así es, alguien llamado Jesús hace dos mil anos dijo lo mismo, pronto volveré, por ello debemos esperar pacientemente en la parada de la vida, guardándonos para cuando llegue el Rey de Reyes por nosotros, deja de tomar atajos, no agarres el primer bus que veas porque te conducirá a un destino incierto, espera y confía en Dios.

Pronto subiré la segunda parte de este artículo; porque siento que aún me queda mucho por aprender.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué es la Luz?